jueves, 1 de septiembre de 2011

El libro de las ilusiones. Paul Auster.

El último libro que he leído.

Héctor y David son los dos protagonistas, ambos con nombres significativos y relevantes. Uno, griego y otro, bíblico.
Vienen de mundos muy distintos pero tienen en común el sentimiento de pérdida, de lucha interior, incluso de huida. Resulta interesante cómo se inflinge un autocastigo uno de ellos, demostrando una vez más que podemos llegar a ser nuestro peor enemigo.
Ninguno de los dos podía llegar a imaginar que, por una de esas travesuras del destino, se encontrarían y serían de gran ayuda uno para el otro. Paradójicamente, sus respectivas vidas destruidas, serían la salvación del otro.
Y todo empezó, como las cosas importantes de la vida, por algo muy sencillo. En medio de tanta negrura, uno le hizo reir al otro.
De gran intensidad es el personaje de "Alma", quien tiene el enorme mérito de rescatar del mundo de los muertos a David, para devolverle en apenas ocho días a la vida que había dejado en compás de espera durante tres años.
Después de tanto como pasa, leemos en boca de David: "Mi piel se  había convertido en un palimsesto de sensaciones fugitivas, y cada capa llevaba la marca de lo que yo era" .

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