martes, 12 de julio de 2011

EL DÍA ANTES de Guillermo de Rueda

El último libro que he leído.


   Nos encontramos ante una novela que incluye a su vez partes muy diferentes entre sí en cuanto al escenario, los personajes y la temática. De hecho,  nuestro protagonista, Giem Gershom, empieza buscando al posible responsable de un asesinato en la Sierra de Madrid, y acaba buscándose a sí mismo en el Tíbet. A lo largo de este periplo, y a modo de cohesión de un relato a veces dispar, aparecen sentimientos y pasiones humanas llevadas con gran intensidad a su máxima expresión. Amor, obediencia extrema a tus mayores, anhelo de inmortalidad, tentación, religión, ambición, arrepentimiento.

    Hay más de" un día de antes": el día  antes de dejar atrás a Merit. Personaje, por cierto, del que apenas sabemos nada y que no toma nunca la palabra; ni siquiera asiste al entierro de su padre. El día antes de caer en la tentación de poder, en el aeropuerto de Barajas, de manos de un chino. El día antes de dejar partir a Me Li para hablar con su padre.

   Todas las desgracias ocurridas en esta novela, a saber: que un joven renuncie al posible amor de su vida, que alguien dirija su vida al despilfarro y lujo vacío, y finalmente, que una joven y bella mujer tire por la borda un prometedor futuro; todas tienen un "culpable" masculino. Es curioso, teniendo en cuenta que el autor es un hombre.

   En diferentes momentos del libro, hay anuncios, cuñas que vaticinan que va a ocurrir algo que cambie su vida de forma inminente. Eso, sin duda, aporta gran emoción al relato. Como emocionante es la tan bien descrita relación amorosa entre Giem y Me Li. Parece como si cada uno pensase que el otro tiene la llave para librarle de esas cadenas invisibles, pero tan asfixiantes en ocasiones, como son la tradición o el propio pasado. Ambos amantes corrieron diferente suerte.

   Interesante la catarsis que experimenta el protagonista al reconocer los grandes errores que ha cometido en su vida. Pero vemos que, cuando le supera el sentimiento de culpa, recurre, en su descarga, a una especie de determinismo en el que todo sería obra de una mano negra, de una Fortuna, que como bien sabían los romanos, no siempre era positiva.

   El relato también está bellamente salpicado de reminiscencias clásicas como el mundo de Utopía que nos lleva a la Arcadia de Virgilio y la simbólica encina de Welheim que evoca la pintoresca Fuente de Castalia, cuyas aguas otorgaban el don de la eterna juventud.

   Geim es un personaje que crece y consigue redimirse tras su retiro espiritual, lleno de silencio y observación. Buena enseñanza para la sociedad en que vivimos donde se trunca lo esencial para dar paso a lo "urgente".

   El día antes...Al fin y al cabo, quién no ha querido, en alguna circunstancia de su vida, encontrarse en el día de antes quizá creyendo que podía evitar la desgracia anticipándose a ella, o bien para tener tiempo de despedirse de alguien y decirle todo lo que sobreentendemos y por tanto callamos. O sencillamente para poder administrar en pequeñas dosis el sufrimiento venidero, intentando hacerlo así un poco más soportable.